Un dilema que enfrentamos con frecuencia los líderes juveniles es que hacer y que no hacer en una reunión juvenil. Cuando la visión y los objetivos no son claros en el ministerio, es muy sencillo caer en los extremos. Hacer reuniones puramente de entretenimiento en el que la palabra, la comunión, la adoración no son parte. O totalmente religiosas, en las que el centro no es Cristo. Es importante determinar qué es lo que nos está motivando como líderes a la hora de organizar una reunión.
Veamos 4 aspectos en los que podemos identificar lo que no aporta Verdad a la hora de organizar una reunión, y 4 aspectos que si deben ser herramientas para ser eficaces en nuestro trabajo como líderes.
Aspectos que NO aportan Verdad:
1. No estar plenamente rendidos a la voluntad de Dios como líderes.
Esto lo podemos ver primeramente en nosotros, cuando no hay una unidad genuina en el equipo de líderes y colaboradores. Puede que todos por su parte tengan buenas ideas, buenas intenciones, pero si Cristo no es quién los une, sólo surgirán desacuerdos y división a la hora de organizar la reunión.
2. Tomar decisiones sin tener en cuenta a las autoridades.
Necesitamos entender que toda área que ocupamos dentro de la congregación requiere orden. La esencia misma de Dios es orden, por eso es que él delegó autoridades a la Iglesia para qué sean dispensadores de Él. Como líderes, no podemos pasarlos por alto a la hora de tomar decisiones importantes.
3. No estimular la comunión en los jóvenes.
Otro obstáculo que surge a la hora de la reunión es la creación de "grupos" entre los jóvenes. Permitir que se encierren entre grupos pequeños y que no se relacionen con los demás, es un problema que se deja ver cuándo se quieren realizar actividades grupales y qué no deseen relacionarse con otros. Esto no permite que la comunión verdadera fluya entre los jóvenes cristianos y como líderes nuestra tarea es estimularlos en amor para que el reunirse en Cristo sea posible con todos los jóvenes que forman parte de la congregación.
4. No tener una palabra guía que los direccione.
Muchas veces la falta de una palabra guía hace que las reuniones sean al azar y que no haya una construcción. Esto trae un desorden integral ya que el enfoqué no estaría en identificar lo que El Señor está hablando para que sea un alimento sustancioso, sino en lo que los jóvenes quisieran escuchar para no aburrirlos.
Aspectos que SI aportan Verdad:
5. Hablar bien de los líderes, colaboradores y de los jóvenes.
Qué importante es tener palabras de bendición y edificación en nuestra boca para con todo el cuerpo de Cristo. La salud que esto provoca es tan grande, qué llegará el momento en el que ya no lucharemos con vanidades, chusmerio, ni murmuración, sino que seremos aún más diligentes en nuestra tarea.
6. Tener una verdadera comunicación dentro del equipo.
Algo que no podemos evitar para una construcción saludable de la verdad, es la comunicación. No podemos, ni debemos avanzar sin ser capaces de hablar con quiénes desarrollamos la tarea juvenil, ni en ningún ámbito de nuestra vida. La comunicación trae libertad, salud, una apertura y un recibirnos como miembros de un mismo cuerpo.
7. Ser confiables y de descanso para nuestras autoridades.
Es importante avanzar con madurez en el área donde nos encontremos. De esta manera seremos capaces de administrar correctamente lo que Dios, por medio de nuestras autoridades, ha confiado en nuestras manos.
8. Crear vínculos saludables con los jóvenes.
Cómo líderes, necesitamos ser intencionales en crear vínculos con nuestros jóvenes, porque es el espacio dónde logramos conectarnos a ellos, escucharlos, ayudarlos, brindarles herramientas, corregir en amor, dónde tanto ellos cómo nosotros podemos crecer en la medida del varón perfecto.
Estos son sólo algunos puntos que hemos identificado pero seguramente el Señor, en la práctica de esta asignación, traerá mucho más para ordenar nuestra vida.
Que lo que nos movilice en todo tiempo a ser parte del trabajo en esta generación, sea que Cristo siga siendo revelado a los ojos del corazón de cada joven, que siga creciendo en sus mentes y que sea manifestado con libertad y plenitud.